jueves, 10 de octubre de 2013

Control de la información e identidad personal (Goffman, 1970)


El desacreditado y el desacreditable:
Es posible que antes de entrar en contacto con una persona ya se tenga un conocimiento real o virtual sobre él o ella, este es un individuo desacreditado. Por el contrario, se nombra desacreditable cuando la diferencia de una persona estigmatizada no se revela inmediatamente, ni se tiene un conocimiento previo.

La información social:
El estigma es la información sobre una persona, “está referida a sus características más o menos permanentes, contrapuestas a los sentimientos, estados de ánimo e intenciones que el individuo puede tener momento particular” (Goffman, 1970). Por su parte, la información social reúne las propiedades de expresión corporal en presencia de otros; los signos que son recibidos de manera frecuente se denominan símbolos. Se identifican tres tipos:
  • Símbolo de prestigio: hace referencia al honor o posición en una clase deseada.
  • Símbolo de estigma: en contraposición al de prestigio. Llama la atención sobre una negativa incongruencia de la identidad.
  • Desidentificadores: se quiebra una imagen en un dirección deseada, por ejemplo usar un determinado tipo de ropa para calzar en un grupo.
Las insignias son otro tipo de signos que han sido inventados por el hombre para transmitir información social.

Los signos que transmiten información social son congénitos o no, en caso de que no lo sean pueden igualmente, una vez empleados, ser convertidos en permanentes. Otra característica, es que los signos pueden no tener la misma significancia en un grupo respecto a otro.

En cuanto al relacionarse con alguien, este también tiene un carácter informativo, y es que en determinadas circunstancias se puede partir de un sujeto con el que se está, como fuente de información sobre el otro.

La visibilidad:
Lo que el entorno social dice respecto a la identidad social de un sujeto, tiene mucha importancia para él. Así mismo, cuando el individuo decide realizar un plan de acción respecto al estigma que posee, debe partir de lo que habitualmente consideran los demás sobre él. Sin duda, es más fácil percibir el estigma ajeno que el propio. A menudo la visibilidad se confunde con las siguientes nociones:
  • Conocimiento: el conocimiento que los demás tienen sobre un individuo estigmatizado dependerá de lo que previamente saben de él. Ya sea por rumores o por un contacto anterior en el cual el estigma era visible.
  • Imposición por la fuerza: cuando un estigma es percibido fácilmente, sigue en pie el problema de determinar hasta qué punto interfiere con el fluir de la interacción, tal es el caso de una persona con dificultades del habla.
  • Foco de percepción: sucede cuando un estigma particular descalifica primariamente a un individuo. La fealdad es un ejemplo de ésta; por su parte, en caso de ser una persona diabética, por ejemplo, será más difícil causar un efecto inicial para su calificación.

La identidad personal:
En primer lugar se define la estereotipia como el “recorte de nuestras expectativas normativas referentes a la conducta y el carácter (…) personas que caen dentro de categorías sumamente amplias y que pueden ser extrañas para nosotros (…) cuyo polo opuesto es la intimidad” (Goffman, 1970), no obstante, se menciona que la familiaridad no siempre reduce el menosprecio. Así mismo, se ha demostrado que las personas que no están obligadas a compartir un estigma, afirman que es más fácil aceptarlo, a diferencia de quienes tienen un contacto permanente con el estigmatizado. El caso de las personas homosexuales refleja que las personas estigmatizadas ocultan más algo vergonzoso a sus allegados que a los que no lo son. No obstante, ciertos estigmas se hacen sentir conforme la persona se convierte en allegado. Tal es el caso de aquellas parejas en las que mientras eran novios el alcoholismo del esposo se disimulaba.
El concepto de identidad personal parte de la persona única que es parte de un círculo social. Caracterizada por:
  • La “unicidad” es un soporte de identidad, como la imagen fotográfica que se tiene de una persona, o el parentesco.
  • La persona que se conoce íntimamente tiene una red de hechos particulares, que si bien pueden estar presentes en otra, sólo en ella se combinan de una determinada manera.
  • La esencia de cada persona, aun siendo un aspecto general, es la que la distingue de los demás.
Tomando como muestra un grupo grande como un gobierno se pueden denotar ciertas marcas que diferencian a una persona de las demás, ejemplo de esto su numero de cedula, que es único de cada persona. De esta forma se podrá llevar un historial de la identidad de una persona y todo lo relacionado a esta.
Estas identidades no siempre son beneficiosas por lo cual existe un interés por borrar las huellas que tengan que ver con estas, por ejemplo marcar con cicatrices las huellas digitales o cambiarse el nombre pero igual esto queda inscrito en un legajo público. Actores o miembros religiosos son muestra de estos cambios identitarios del nombre. Otro ejemplo puede ser el de criminales que usan alias para proteger su nombre.

Estos signos corporizados, ya sean de prestigio o de estigma social refieren a la identidad social. Estos rasgos de identidad muchas veces remiten a lo que puede acceder a un persona, por ejemplo un bar es un lugar a la que una persona con un documento que lo identifique como menor no puede acceder. Otros permiten responder si lo que es nuestro es de verdad nuestro por ejemplo los papeles de un vehículo.
También se dan elementos exteriores para demarcar la identidad de una persona, por ejemplo el uniforme oficial de un policía.
Un aspecto importante en la vida de la persona es ese registro que se remite a su biografía, será difícil que a una persona cuya biografía lo marca como un enfermo mental lo tomen como aspirante para un empleo en la bolsa de trabajo. Son este tipo de biografías las que marcan de cierta forma las posibilidades de una persona en sociedad.
Se da por supuesto que una persona puede tener sólo una biografía, sin embargo una persona puede tener gran multitud de yoes y hasta negar en un momento todo lo que a sido.
La identidad social llega a constituir el repertorio de rol o perfiles que sustentan a un individuo como tal osea su personalidad social. La identidad personal llega a ser como una persona es capaz de dominar su biografía. Pero aun cuando un individuo cree que los demás no tienen conocimiento sobre el nunca puede estar seguro de ello.
Se le llama reconocimiento cognoscitivo a el acto de ubicar un individuo ya sea por su identidad social o individual. Esta capacidad puede ser muy beneficiosa en ciertas entidades, por ejemplo en los bancos se espera que sus cobradores tenga muy desarrollada esta capacidad.
Aquellos que conocen la identidad social de otros y que pueden decir que lo conocen personalmente estaran en el derecho y la obligación de establecer un vínculo por ejemplo un apretón de manos.
Un reconocimiento de índole social también puede ser la fama, un término en el cual muchas personas pueden conocer la identidad personal de una persona aún más que las personas que lo conocen personalmente sin esa persona conocer a las demás personas. Esta fama puede ser causa de regocijo o también de ocultamiento. Tal Vez una persona famosa quiera retirarse un día a un lugar donde no se le reconozca por su identidad personal sino sólo por su identidad social.
Además de esto otra causa de ocultamiento sería la mala fama o mala reputación, que es esa fama en que un círculo tiene un mal concepto de una persona a la cual no conocen personalmente, por ejemplo la mala fama de ciertos rateros a los cuales los tenderos ya conocen por su modus operandi y tienen mala fama de ellos.
De esta forma una persona podría pasar de tener una imagen privada a una pública la cual se constituye por una reducida serie de acontecimientos inflados que adquieren una figura dramática y llamativa.
Esta figura pública crea infames o famosos, los cuales de diferentes no tienen mucho, hay quien para escapar de comentarios hostiles utiliza las mismas artimañas de escape que pudo haber utilizado en una época pasada para escapar de la adulación.

El encubrimiento:

Cuando el estigma es sutilmente invisible y conocido solo por la persona que lo posee, el hecho presenta un interés secundario para el estudio del encubrimiento. Si todas y cada una de las personas con las que el individuo tiene contacto tuvieran siempre una percepción inmediata del estigma, es evidente que su estudio presentaría también un atractivo limitado, aunque revistiera cierto interés analizar los problemas relativos al grado de aislamiento que puede permitirse un individuo a la conducta discreta y cautelosa, y su fracaso, y al autodesprecio.

Existen estigmas importantes tales como la prostitución, el robo, la homosexualidad, la mendicidad y la adicción que el individuo debe ocultar cuidadosamente ante determinada clase de personas, como la policía, y a su vez exponer de forma sistemática ante otras, como los clientes, cómplices, enlaces, compradores. Aun en le caso de que un individuo pudiera mantener en secreto un estigma no manifiesto descubrirá que las relaciones intimas con los demás, ratificadas en nuestra sociedad por la confesión mutua de defectos invisibles, lo llevan a confesar su situación a los más allegados o a sentirse culpable, si no lo hace.

Los problemas de quienes hacen un esfuerzo organizado y conjunto por pasar inadvertidos son los mismo que una gran cantidad de personas enfrentan en uno u otro momento, ya que el hecho de ser considerado normal trae grandes gratificaciones, casi todas las personas que tienen algo que se encubrir intentarán hacerlo en alguna ocasión. Cuando el estigma se relaciona con partes del cuerpo que aun los normales deben ocultar en público, el encubrimiento, deseado, o no, es inevitable.

Una vez logrado el encubrimiento puede ser motivo de un descrédito aquello que en el individuo se vuelve manifiesto, incluso para quienes lo identifican socialmente a partir tan solo de lo que es perceptible para cualquier sujeto extraño que participa de la situación social, de ahí surgen los incidentes embarazosos. Una eventualidad básica del encubrir consiste en ser descubierto por aquellos que pueden identificarlo personalmente, y que incluyen entre sus antecedentes biográficos hechos no manifiestos, incompatibles con sus pretensiones actuales, es entonces cuando incidentalmente, la identificación personal se relaciona de algún modo con la identidad social.

Este es el fundamento de las distintas variedades del chantaje. Tenemos la intriga que consiste en manejar con astucia un acontecimiento actual para usarlo, poco después, como base del chantaje. Hay un prechantaje en el cual se obliga a la víctima a continuar en un curso de acción determinado por la amenaza de parte del chantajista de que cualquier cambio lo llevará a revelar los hechos y existe además el chantaje de autoconservación , donde el chantajista intenta o logra efectivamente eludir el pago de una sanción merecida, porque obligarlo a ello llevaría al descrédito del acreedor.

Por ultimo está el chantaje clásico o puro en el cual el chantajista obtiene los pagos con la amenaza de revelar hechos referidos al pasado o presente del individuo que desacreditarían completamente la identidad que sustenta actualmente, incluye a su vez el mencionado chantaje de autoconservacion ya que además de obtener lo que se propuso, el chantajista afortunado también se libera del castigo por su acto. Cuando el acontecimiento que lo desacredita ocurrió en el pasado al individuo le interesan las fuentes primarias de prueba de la información que pueden retransmitirla, pero cuando este sucede en la vida actual, entonces tendrá que precaverse además de no ser atrapado con las manos en la masa.
En el caso de la doble vida cuando un individuo abandona una comunidad despúes de residir en ella varios años, deja tras de sí una identificación  personal, muchas veces junto con una acabada biografía, en su comunidad actual, el individuo también dará lugar a que los demás componga su biografía que incluye una versión de la clase de persona que fue en otro tiempo y del medio del cual proviene. El individuo sana la discontinuidad biográfica entre una y otra suministrando información exacta y adecuada sobre su pasado a los que componen su mundo actual, la superación de la discontinuidad se da cuando el individuo se ha convertido en alguien que no desacredita su vida anterior y tampoco desacredita su vida actual demasiado.

Debido a la identidad social, el individuo que tiene una diferencia secreta se encontrará en tres clases posibles de lugares:
-          Algunos prohibidos: el tipo de persona a la que pertenece el individuo no puede entrar. En ellos la exposición significa expulsión.
-          Lugares corteses: en donde la persona es tratada con delicadeza y penosamente como si no estuviera descalificada para la aceptación rutinaria, aunque de hecho en cierta medida lo esté.
-          Lugares de retiro: donde las personas pueden exponerse y no necesitan ocultar su estigma. Dicha libertad puede provenir de la compañía de los iguales, o por el resultado de haber agrupado de manera administrativa a los individuos.

En este sentido la identidad personal y la social dividen espacialmente el mundo del individuo. Aquel que encubre tiene necesidades no previstas que lo obligan a suministrar una información que lo desacredita, también puede llegar a sentir que se hunde cada vez más, elaborando una mentira tras otra como medida adaptativa para evitar una revelación dada. El individuo que se encubre cuenta, a su vez, con una gran receptividad para captar lo que los demás piensan en realidad ya sea que ignoren que están en contacto con alguien así, o que lo noten en la relación y su conducta cambie abruptamente.
El control de la información sobre la identidad tiene un valor especial en las relaciones, los vínculos de las personas requieren de tiempo y además exige que los implicados intercambien una adecuada cantidad de hechos íntimos sobre sí mismos.

El encubrimiento acarrea consigo un problema en el estado psíquico de la persona que lo practica. En primer lugar, la persona que encubre sufre un enorme nivel de ansiedad como especie de precio psicológico a pagar por el encubrimiento. En segundo lugar, aquel que está encubriendo su identidad pasa por alguna de estas 2 situaciones: se siente ajeno a su nuevo grupo ya que no logra identificarse totalmente con sus miembros o se siente desleal y traicionero al no poder defender a sus iguales cuando en el nuevo grupo se habla mal de ellos. Por último, tareas rutinarias y sin importancia para muchas personas se vuelven triviales para la persona que encubre. Por ejemplo, una persona al borde de la ceguera que trata de encubrirlo, presta especial atención al color y forma del vestido de su pareja para así poder identificarla luego cuando se aleje. Así, muchas personas desarrollan estrategias y planes para poder encubrir su condición, lo cual no es fácil y requiere de una especial regulación del tiempo. Se habla entonces del síndrome de Cenicienta, que se da cuando la persona que encubre permanece cerca de un lugar donde pueda retocar su disfraz sin ser visto.
En el caso del encubrimiento en niños, los padres entran en una especie de dilema. Normalmente, se encapsula al niño y se mantiene en la ignorancia de su propia condición, para que de alguna manera el niño pueda llegar a encubrirla inconscientemente cuando está fuera de la casa para evitar estigmatizado. En la edad escolar es cuando se llega al conflicto. Por un lado, el niño no está psicológicamente preparado para soportar la revelación y luego manejar esta información. Sin embargo, por otro lado, si su ignorancia se mantiene por demasiado tiempo, el niño no va a estar preparado para enfrentar situaciones difíciles y se expondría a recibir información por parte de extraños. Es por esto, que se debe consultar a un médico por técnicas de control de información.

Las técnicas control de la información
La identidad personal de un individuo divide su mundo de personas y lugares. La rutina diaria, en especial su transporte de un lugar a otro, vincula al individuo con sus situaciones sociales. Esto es importante sobre todo al considerar al individuo como una persona desacreditada o desacreditable. Entonces, se busca el ciclo de restricciones que enfrenta para la aceptación social, para el primero, y las contingencias que encara para manejar la información de sí mismo, para el segundo.
En torno a estos ámbitos, se encuentran varias técnicas corrientes que emplea el individuo con un defecto secreto para manejar la información decisiva sobre sí mismo.Una estrategia es la de ocultar o borrar los signos que han llegado a ser símbolos de estigma, por ejemplo el cambio de nombre y prescindir del equipo físico que ayuda a mitigar el deterioro o disimularlo (anteojos, audífonos para personas con deficiencias auditivas…).
También, al ocultar los símbolos del estigma se suelen usar desidentificadores. Popularmente se le llaman a estos pantallas, por ejemplo cuando una mujer lesbiana y un hombre homosexual se casan para reprimir u ocultar sus inclinaciones.Si el estigma se da en una institución desacreditadora, cuando el individuo egresa se puede esperar un ciclo de encubrimiento de su parte, oculta los detalles (nombres) de su experiencia
Por otro lado, el individuo puede presentar los signos de su defecto como signos de otro atributo con un significado de estigma sea menor. Por ejemplo, un sordo puede fingir ser distraído, soñador, indiferente, entre otras excusas para no responder.
Una estrategia que usan mucho las personas desacreditables es la de dividir al mundo en 2 partes: un grupo grande, al que no le cuenta nada, y otro pequeño, en el que confía y al que le cuenta todo. Por lo general el grupo grande, con los que exhibe su máscara, son los que constituyen un mayor peligro. De hecho, los amigos íntimos suelen ser el grupo pequeño, sobre todo porque los suelen tener al momento de adquirir el estigma. Sin embargo, si se le cuenta a una persona que se conoce posteriormente, se suele hacer en una escena confesional con todo un alboroto emocional que compense la deslealtad.

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